El Clan de las Tormentas: ¿Quién teme al Lobo Feroz?

lunes, 17 de septiembre de 2007

¿Quién teme al Lobo Feroz?

Esta es mi primera entrada en un blog libre. Es decir, aquí donde puedo escribir porque nadie me conoce. Soy parte de la mierda cantante y danzante del mundo, como dice Brad Pitt en el Club de la Lucha. Es parte, tal vez, de una Revolución. Tal vez, no obstante, no sea más que una auténtica Involución, hacia dentro, mostrando una entropía imposible. Volviendo hacia los orígenes, hacia el círculo interior donde hace frío pero no tanto como fuera.

Envidio, por ello, a los que saben lo que es amar con dos pares. En plan que me muero por estar todo el puñetero día pegado a tu vera. A veces odio mi condición, como una tragedia revestida de vómitos y contada por Faemino y Cansado. Es la expresión de una danza mortuoria sobre el cadáver de una prostituta. Envidio, de verdad que sí, a los que son como el médico de La Fuente de la Vida, cuya única finalidad en la vida y en los siglos de los siglos no es más que velar por la salud de su amada, tratando de crear lazos que sólo el corazón entiende. Odio eternamente ser un vagabundo emocional que sólo espera un amor lleno de muerte en lugar de vida. Morirme contigo si me quieres, matarme contigo si me matas.

Me gustaría poder disfrutar de cada catorce de febrero, cantar cumpleaños feliz, ver a unos niños correteando por mi casa sabiendo que son sangre de mi sangre, carne de mi carne. Ser feliz con lo más simple, con una sonrisa. Envidio de verdad a los que han sido capaces de tener un cerebro en condiciones, con unos niveles aptos de serotonina y que tras fornicar como conejos ven como su testosterona baja sin peligro para su integridad emocional. Envidio a todos aquellos que pertenecen al sector masculino cuyo gen 21 no tiene una pequeñísima extensión de más que les impide ser fieles.

Nunca quise ser un Lobo. Me he vestido infinitud de veces de cordero, pero todos los trajes me estaban pequeños. Tampoco tengo madera de cazador, siempre acabo como una mierda de hiena sonriendo y esperando las sobras. Por eso, mi primera y tal vez más deprimente (espero) entrada va dedicada a manifestar mi respeto por todas aquellas personas que se levantan por la mañana, no, por todas las mañanas de su miserable existencia y son capaces de decir, "quiero a esta persona". Y lo hacen cada día durante al menos muchos años. Sin grandes titubeos. A todos ellos, enhorabuena. Y que les jodan.

No hay comentarios:

Pásalo

Mandame a Facebook