A veces te echo de menos como en falta echa el silencio
al cuchillo que en la carne se hunde mientras la multitud grita
aturdida],
porque un ángel se ha rebelado a seguir siendo esclavo
de los designios de un Destino contra el que luchar no puede
despojado de alas y dejado de su mano sobre el cristal
que arañaste con tu corona de laureles,
porque te echo de menos como se ausenta el verde de las hojas
soy el exiliado que duerme vagabundo en cada estación
donde los guardavías son ciegos amantes de trenes descarrilados
y en los que para salir sólo hacen falta billetes para paisajes oxidados
te echo de menos, tus palabras como náufragos en mitad de un océano
donde ha triunfado la sal]
y forman la estatua de lo que eres,
un ser construido a deshoras
en otro tiempo y en otra época, de esas que ya no quedan
ni recuerdos ni ninguna otra historia, sólo el olvidado
rumor de lo que cuentan que fuiste, que fuimos
como amantes olvidados el uno del otro por inanición de sus cuerpos
porque te echo de menos como echa de menos
el cuerpo a la sangre cuando uno parte ya herido, ya muerto
hacia estos campos de silencio en los que aguarda, como guardián
del lejano páramo]
el soliloquio de adioses que continuamente nos proclamamos
y siempre volver, siempre un reencuentro que nos aleja aún más
en estas cadenas tan flexibles que nos permiten alejarnos
no por más tiempo, no, no tanto como quisiéramos
ya entregados a otros cuerpos mientras nuestras almas huyen
a través de otros días, de otros lugares,
rodando como piedras al volante de coches que surcan
las carreteras perdidas por las que siempre quisimos encontrarnos
te echo de menos como la arena en los labios resecos
como en la batalla sigue pensando en su pasado el guerrero,
lanza y desesperación, sombra y adiós
de cada parte en cada lugar
escuchando a gritos cada susurro de tus labios
heridos, vacilantes, que sólo profieren sonidos de lejanas ciudades
aunque sólo eres una suma de pareceres
un retrato de mujer en rojo con ojos dorados
un ser que no existe ni tuve, una aspiración y una promesa de paz
para todo un imperio
simplemente una ánima que echo de menos, al ver exiliarse
en cada día el recuerdo de tu sueño.