El Clan de las Tormentas: octubre 2012

miércoles, 24 de octubre de 2012

Demasiadas batallas perdidas

No es la guerra la que cambia, sino tú mismo

veterano en tantas batallas que ya no recuerdas

que ni tu cuerpo ni tu alma aguantan

las laceraciones que dejan cada una de las traiciones

que vas acumulando

¿cuándo llega el tiempo de que se retiren

los soldados que tanto han luchado?

¿cuándo es hora de partir de todos los muelles

en los que acumulas tantos barcos naufragados?

Cruel insomne mensajero el que te trajo

las palabras que contigo han acabado

aquellas que de las que siempre rehuiste

y que, al final, la razón te han dado;

no quisiste nunca saberlo,

ni darte cuenta que el tiempo no estaba

dispuesto a dar tregua ni a estar de vuestro lado

y aún así luchaste por lo que creíste

eh aquí la razón de tu derrota, iluso soldado,

porque creíste que sólo era una batalla más,

sólo una, un campo de exterminio para el dolor

y una angustia permanente que podría acabar,

y no fue eso, no, fue que perdiste en la única

guerra a la que fuiste, la única que quisiste ganar.

jueves, 18 de octubre de 2012

Flores de papel

Me alejaste de los instantes de la quimera

pensando que, acaso, nos hacías un favor

y no te das cuenta que ni para eso fuiste la primera

que huía al encontrarse con la memoria del dolor;

y aunque cada instante sin ti es un agujero sin abismo

de comer cristales mis labios se hartaron

por lo que ahora, que en otros brazos te entregas

demuestras que aquello que en ti era distinto

no es más que lo mismo,

que todos tus argumentos eran excusas para el olvido.

Y me enveneno con las palabras que te voy dando

porque no se puede estar más muerto

que al que han herido arrancándole el corazón con las manos

para entregárselo a los perros de la humillación

sintiendo más lástima por la ruina hacia la que caminas

que por el esplendor que dejas; y aún sabiendo

que tu alma nunca rectifica

que morirás de orgullo antes que ver que tu alma

se petrifica]

no es la soledad de las heridas que vas abriendo

ni la destrucción de toda vida a la que amas,

es la sombra en la que te conviertes,

un simple mar en calma,

tú que fuiste tempestad contra altas torres

y ahora te contentas con la vulgaridad que encarnas;

tú que mereciste ser de cualquiera la mejor canción,

ahora sólo tienes flores de papel,

las que merece tu corazón de cartón.

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