El Clan de las Tormentas: diciembre 2011

jueves, 8 de diciembre de 2011

Sueños exiliados

Deshaciendo las horas perdidas que marcan los relojes

a los que he descuartizado con los dientes

para no ser heridos por la evidencia del tiempo que pasa

en un mundo donde no podemos viajar en tranvías

a los que llamar deseo

donde tengo zapatos de plomo porque nunca aprendí

a vivir en la superficie de tu cuerpo

visionando los días en los que dejaba tras de mí la huida

sin decir adiós. De aquellas apariencias tranquilas

de batallas no libradas

por nosotros, los que habitamos en la casa muerta

esperando que el viento del norte se lleve las hojas muertas

que hemos marchitado

(mais la vie sépare ceux qui s'aiment…)

iluminando la tempestad que nos asola

en nuestra carne de cemento, de metacrilato, lisa, lejana

fría y casi tan obscena como una noche en mitad del recuerdo

ya no voy donde existe la posibilidad del encuentro

(porque es un viaje infinito, a destiempo, allí donde

es necesario primero sellar el olvido]

en pasaportes de cadáveres desguarecidos; no fuimos más que eso

en momentos en los que la vida era más bella

y el sol plus brûlant qu'aujourd'hui. Las pisadas de aquellos pies

ajenos sobre el techo descuidado, el olor a unión

antes de que todo fuera lejos, distancia y muros de vacío,

de ignorar hasta las palabras que anhelamos escuchar),

alejándonos de este cuento sobre el fin del mundo

en donde prolongamos una vida que ya no existe

porque cuando se carece de presente, el pasado es exilio

y el futuro la única huida.

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