El Clan de las Tormentas: mayo 2008

miércoles, 28 de mayo de 2008

En algún lugar

Flota tu recuerdo en el aire

como luz para la noche oscura]

en que estoy,

como manos blancas que dicen

adiós]

se alejan las nubes en el cielo

      no hay amor, mi amor

que pueda parecerse a la herida

de tu ausencia, de tu lejano

               sonido]

del tacto de los dedos en el espejo

sin reflejo de tu espalda

lago donde se sumergían mis ojos robados

                   por el Mercurio]

de tus labios, de tus abrazos,

camino ahora vagabundo

   como un perro viejo con aliento

de pasado, por las calles

en las que de cuando en cuando

trepaban juntos nuestros cuerpos;

de donde no queda más que

        vacío]

porque se han silenciado tus risas

mientras permanecía en manos de los dioses a pesar

           de saber que la guerra estaba en tus labios]

porque se han marchado los días, ya lejos

ya olvidados.

domingo, 25 de mayo de 2008

La tempestad invisible

La cultura está hecha para reprimir los instintos. Y la naturaleza, ¿por eso a mayor nivel cultural los hijos llegan más tarde? Difícil ecuación. Puede ser, y ahora ponte a generalizar. Sí señor, los pecados que vamos cometiendo. El pecado o la forma de obligarte a reprimir con la cultura los instintos. El otro día un alumna, inteligente, vivaz, un poco marisabidilla según sus propias palabras, me dio una bofetada de ingenuidad terrible. Pregunto en clase " en La Meca hacía falta una redistribución y aumento de la riqueza base, ¿cómo creéis que lo consiguieron?" Y va la pobre y me responde, "pues pidiéndolo". Claro, te imaginas a los educados y aseados gobernantes caravaneros de La Meca mandando a ese Omar Sharif con David Hasserholf a pedir cual rumanos en plan "señoooooooooor, deme algo señoooooor".

Por si quedan más ingenuos en este mundo, lo que hicieron los mecanos (habitantes de La Meca y no el infame grupo ochentero tomado como metonimia de toda mi generación como si no hubieran existido Locomía o Los Toreros Muertos) fue salir con espadas en ristre a ciscarse los cuellos de los de al lado.

A veces dando clase me siento un poco como Morfeo en Matrix, con ese pobrecillo de Neo tan friqui como el convite de boda de Jesús Quintero, con esa pedazo de tele, viviendo soltero, yuhuuu, ni una sola palabra, ni tal ni cual, y ahora lo meten en 3 metros cuadrados con gente que no conoce de nada, viviendo un aire irrespirable y comiendo mierda… ¡otia! ¡pero si parece un departamento de la universidad de Sevilla!

"Bienvenido al desierto de lo real" le dice el maromo. Con dos cojones. Pues viva el oasis de las ilusiones. La realidad es una, grande y libre como me dijo otra alumna senatorial y con bigote made-in-Expaña. Su lo dices con esa carita de abuela-te-voy-a-dar-un-Werther's Original pues yo la creo.

Pero también con tanta cultura y tanta mierda uno puede caer en pecados. Soberbia, que de eso hay muchos; gula, esos helados del Rayas como pesan, vaya con la operación bikini y las dietas del melón, el aguacate, la cebolla, el repollo o el vasito de agua con toque de limón a tomar viento; ira, sufrida entre otros por el ordenado (Dies Manibus Sacrum) y los mandos de la ps2. Del resto la verdad es que ni me acuerdo.

Ni falta que hace, los caballeros no tenemos memoria. Y menos los del Zodiaco.

Pásalo

Mandame a Facebook