El Clan de las Tormentas: junio 2010

jueves, 17 de junio de 2010

El desierto estático

Apenas se marcha ya el recuerdo

a la calle de enfrente, y permanece

allí, entre la tierra y el suelo

hasta que cobarde y traicionero

se marcha, en un instante parece

y ya no es más que sombras y olvido;

de risas enlatadas y cárceles para el alma,

porque sólo es ya carne lo que nos queda

ya nos hemos arrancado hasta las alas

que con tanta destreza nos unimos al cuerpo

como si fuera un soliloquio de una vela

en un barco naufragado. Porque por ti

no me importó perder todas mis guerras,

(lo que demuestra que en ti

no existe el tiempo,

sólo el espacio que de un universo a otro

nos aleja)].

Eso fue en tu piel como espadas

vomitadas por la boca de un volcán en el invierno

del mar espeso de cieno en el que deseé navegar

para alejarme de todo aquello, de luchar

de combatir, en batallas de lanza,

fuego y veneno, en días vacíos

que te hacían caminar como el último

de los hombres que predican en el desierto;

y ahora que ya no miras al abismo

sino que eres tú mismo el vértigo,

el horror, el sueño carnicero que asesina

la noche ártica sobre los campos quemados,

es ahora, entonces, cuando te conviertes

de profeta en recuerdo.

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