El Clan de las Tormentas: 2007

sábado, 29 de diciembre de 2007

Aquellos días de París

Y estos días que se acaban. Aquellas calles perdidas por Saint-Germain, entrecruzando Saint-Michel con una noche blanca en la que te tuve tan cerca de mí que tu aliento me destrozaba como la primavera mata al invierno en el que me había convertido. Frío del que nunca he salido, calor que nunca he recibido. Aquellos márgenes del Sena, aquellas tardes oscuras y aquellas luces tan brillantes. Aquellos tus ojos que eran como un océano en el cual mi cuerpo metálico se sumergía y que poco a poco, lentamente, me iban oxidando, mi voz herrumbrosa, anclado a este suelo lejano, tan lejano como un adiós que llega sin oírlo, tan adiós que ni me conozco al decirlo. Aquellos espacios diáfanos entre tú y yo, aquella soledad bien merecida. No queda ya de nosotros, de los de antes, de los que estábamos de noche dormidos y de día tan despiertos. De estos días perdidos, como un desgarro en el tiempo. A pesar de estar corrompido con mis manos pesadas, oxidados los ojos, llorando herrumbre, desolado como el borde un abismo que no conoce el fondo del que forma parte. Se apagan las luces, todos nos vamos yendo, cada cual a su sitio, a su espacio sin retorno. No te volvería a ver en mi futuro ni recuerdo un pasado tan terrible. Se han marchado tus manos, no queda ni el compás de tus pasos. Aquellos días son ya pasado y yo todos mis futuros. Todo un año resumido en una vida que se apaga en un sólo segundo. Clac, clac, se apagó. Llegó la oscuridad. No temo ya a la noche, temo que no vuelva a amanecer. Temo que aquellos días de París no son ya más que un recuerdo, un montón de fotos olvidadas en alguna carpeta, algún cajón, tal vez borradas por error. ¿Quién es? ¿cómo se llamaba? vaga es la memoria, nada se desea más que lo no conseguido. Otros días. Siempre otros. Siempre son otros, y nunca yo. Aquellos días de París, y aquél sol de mi infancia...

domingo, 23 de diciembre de 2007

Más cicatrices

Tengo que superarlo, me digo, pero no lo consigo. Su recuerdo permanece inmanente dentro de mi mente, es como una sal enorme, fuerte, que hiere dentro de esta herida que no cicatriza, no, se mantiene infame, perenne, meditando dentro de mi alma, mi cabeza, mi corazón, todo yo es ella. Ayer soñé con ella. Joder, puto cerebro de los cojones, puta memoria declarativa, declarándome en estado de sitio, mierda, mierda, los recuerdos. Soñé que estaba dormido y alguien me tocaba, me movía, y abría los ojos. Era luz, era pura luz, todo era como brillante, blanco, debía ser primavera, o un suave verano de mar, y la veía, sus ojos atlánticos, ella, y me decía, "¿sabes? Esto no va bien, no va bien por que me duele", me decía mientras sonreía, "no va bien porque me duele quererte, me duele no verte" y entonces sobre mí me besaba, era un beso tan corto, tan cálido, su boca pequeña, como aquél maldito 13 de octubre, malditos los 13 y los 06, malditos los 10 y todo. Soñar, amar, tal vez morir. ¿qué es la vida? Un frenesí, ¿qué es la vida? Una ilusión, que es la vida sino sueño y los sueños, oh cosas lisonjeras y temporales, sueños son. Siempre odio enamorarme. Nunca la consigo. Es así. No quisiera para mí esta absurda maldición. Quisiera no pintar más bisontes en mi cueva. No puedo más. No quedan más esquinas en las que venderme, no quedan más sombras donde esconderme. Yo, que ahora solo soy pasado y fui tanto presente, jamás fui futuro. Otra vez, ¿cuántas más? Mi piel la echa de menos…, no, ni mi alma ni mi sangre, ella es para mí como un tumor interno que me va matando y cosechando dentro de mí un horror que se convierte en mí mismo, un yo en negro y blanco, un adiós que nunca se acaba y tal vez, un eterno olvido.

martes, 18 de diciembre de 2007

Nothing important happened today II (Cicatrices)

¿Qué coño es la felicidad? Todo el mundo tiene la boca llena de esta palabra, míralos, van como ciegos buscando algo que luego todos saben que se encuentra de golpe. Nos venden felicidad en tonos rojos y dorados, sueños de plástico recubiertos de chocolate con fundas de imitación terciopelo. 12 mgs de serotonina.

 

-Caballero, ¿por dónde se va a La Coruña? -Pues para arriba, todo recto, recto, te das contra el país este de los vascos y luego tira a la izquierda hasta que se acabe todo. Conversación de autobús entre dos productos de primera generación de mi barrio. El que pregunta tiene pelo escaso, entre gris y negro, lo que le da un aspecto sucio. Jersey a amplias franjas azules y grises que hace destacar su piel cetrina y su cuerpo enjuto. El que responde tiene bolsas en los ojos, piel muy blanca, cazadora de imitación cuero. Los dos pantalón vaquero con algunas manchas, mochilas raídas. Se ríen haciendo aspavientos y de manera ruidosa.

-¿Tú sabes que me han regalado un emepecuatro? ¿sabes tú?   -¿Y eso para qué lo quieres tú si no sabes manejar uno vas a saber cuatro? -Mira el gracioso. Pero tú no sabes lo mejor, que es que no sé cómo coño se enciende. -Dámelo. Mira, -eructa ruidosamente a mitad del autobús, nadie se sorprende ante tal sonido habitual. -Ea, ya está, ¿qué tienes aquí metido? -Pues no sabes tú que me viene ya con Triana, Estopa y esta gente, estos mexicanos maricones que de los cargan de tres en tres. -Tú sí que eres una maricona.

 

-Eres un grosero -me dijo Lucía- y un maleducado. Nos pasamos toda la vida -nos conocemos desde hace algo más de un lustro- intentando apoyarte y que te sientas bien y tú únicamente escupes sobre las ilusiones de los demás desde tu altar, desde tu podio, te dedicas a destrozar las ilusiones de los demás. Eres gilipollas. Me mira a través de sus ojos virtuales, estáticos, electrónicos del programa de mensajería instantánea del ordenador. Mis dedos reposan sobre el teclado negro. No tengo nada que decir. Pongo un chiste fácil. Malo, muy malo. -Así te va.    Sí, así me va.

 

Marla tiene algunos hoyuelos en la cara como cicatrices del acné de la adolescencia. El bar rebosa humo y ruido como en una caseta de Feria hace tres semanas. Sonríe, tiene los dientes un poco amarillos por el café y el tabaco a pesar de tener apenas un cuarto de siglo. Lleva la camiseta y los ojos del mismo azul. -Pues sí, al final hasta me caso, ¿te lo puedes creer?

No, preferiría no hacerlo.

-Mira que eres cínico.- Ni siquiera sabes qué significa eso. Se agita nerviosa, bebe su cerveza y su pelo le cae delante de los hombros.- Me caso, me caso, me caso... ¿te acuerdas cuando nos conocimos?

Cada día.

-Yo pensaba que jamás podría arreglarme otra vez con él. El muy cabrón me había dejado. Hijo de... y cuando volví a casa, ¿te puedes creer que seguía igual de perdido? Pobre. A Marla le brillan los ojos. Hacía tiempo que no la veía tan sinceramente feliz. Se le nota. Es sincera. Agita las manos, ríe nerviosamente. -Fíjate, ha pasado de no saber lo que quería a pedirme que me case.

Y con piso.

-Sí, menos mal que ahora parece que se a centrar más en nosotros y no tanto en su trabajo. Me caso, ¿te lo puedes creer?

Si tuviera un tumor, lo llamaría Marla.

 

 

-Vamos compadre, que se acaba el viaje. -Viaje te daba yo a ti. -Y de viaje, ¿qué viaje tiene tu mujer? -Míralo que listo, ¿y la tuya? -A mí no me hace falta.

Levanta los brazos, voz ronca de alcohol y tabaco. -El de enmedio de los Chunguitos... -De los Chichos -Unos "chichos" con chorizo me comía yo ahora.

Eructo. El autobús está caliente. Adquiere velocidad y se introduce en la travesía antes de llegar al barrio. -¿Tú sabes qué es un ángel vestido del Sevilla? Una compresa con alas.

Se ríen ampliamente. Uno llora. De risa. Risas y más risas perforando el cerebro. El que llora se levanta cuando se para el autobús. -bueno compradre, ahí te quedas.

Yo también me quedo. Eructo de despedida.

 

-Te crees que estás por encima de todos.

No, sólo unos 3 cms por encima tuya, salvo cuando llevas tacones. Yo no salgo en mis fotos. Casi nunca lo hago. -Te has vestido con ese traje y te dedicas a despreciar todo lo que hacemos los demás para ser felices. No eres diferente a nosotros, no te creas que eres tan especial ni para lo bueno ni para lo malo.

Dedos sobre el teclado. Qwerty. Emoticono. Otro más. No lo hago a propósito.

 

 

Marla llama al camarero y paga. Me invita. -Bueno, ¿nos vamos? -me dice mientras me levanto. Fuera está Madrid. Siempre Madrid. Ahora será nunca Madrid. -¿Nos veremos? -me pregunta tras sus gafas.

Estoy totalmente seguro que jamás nos volveremos a ver. -Claro que sí -le digo mintiendo otra vez. Entonces nos despedimos, cada uno hacia un lado de la calle. Me giro un momento para ver cómo se marcha. Felicidad sería que se girara y viniera hacia mí. Que se quedara en mí. Que se olvidara de todo lo que no soy mí. Pero mí sólo ve como Marla se aleja. Y mi tumor se reproduce. Se apagan las luces. Termina la función. Ganan las putas. Ganan los guerreros. Chamanes despellejados. Suena el móvil. Mensaje de Lucía, "¿qué ha pasado?". Nada, nada importante ha pasado hoy. 8 mgs de oxitocina.

viernes, 7 de diciembre de 2007

¿Un mordisquito?

"-Debo de estar muerto. Tiene que haber un momento hace años, varios años ya, mucho más de un lustro, en el cual, un día, a una hora determinada, la piché. Tac, tac, tac, ¿hay alguien? ya es jodido llamar al teléfono de la esperanza y que te salga un contestador. No, en serio, ya estoy muerto y para comprobarlo y demostrarlo voy a suicidarme. Si no tengo razón pues nada, no es que estuviera dormido vladimiro. Pero estoy seguro y creo que tuvo que ser al acabar noviembre más o menos. No de otro modo me explico que desde entonces todo me haya parecido una constante, una repetición infumable, como aquello del día de la marmota con Bill Murray ¿cómo era? ¡ah sí!, "Atrapado en el tiempo", ¿se acuerda? bueno, es un contestador, no responde nadie. Pues sí. En los años siguientes todo ha sido idéntico, una vez tras otra, las mismas caras, las mismas gentes, las mismas excusas. Al principio me gustaba tan serendinipia. Luego comenzó a aburrirme. Ahora me asusta. Mucho.

Era curioso, al principio, hilvanar las cosas de tal manera. Coincidían las fechas. Por ejemplo, si 24.11 era especial resulta que luego 13.10 también repitiendo los patrones de fondo, que no los de forma, que son parecidos a los del 02.03 y por supuesto a 13.06.04, momento en el cual se produce la repetición de 13.10. Los hechos son tan calcados que hasta da miedo, ¿ustedes no lo entienden? no importa, yo tampoco. Sólo le hablo a un contestador. Además de que mi primer error humano y el último son idénticos. Podría seguir citando más incoherentes semejanzas pero seguro que no llevarían a nada. Lo cierto es que el motivo inicial que me llevó a llamarles era el aburrimiento. La primera vez, la 24.11, me quedé muy mal ¿saben?, ciertamente; la segunda, la 13.06 también. Para qué engañarnos. Pero resulta que al coincidir en 13.10 ya uno se aburre. Sabe lo que viene después.

Así que es el aburrimiento lo que me lleva a llamarles. Ahora que me he anticipado a tantas cosas que tengo la sensación de estar viviendo en una espiral. Conforme avanzo parece que me alejo pero cuando llego al final, es otra vez el mismo punto. Resulta cansino. Conozcas a quien conozcas siempre son el mismo tipo de persona vulgar y el mismo tipo de persona especial, las mismas escenas con personas vulgares y personas especiales, las mismas risas con personas vulgares y especiales, los mismos hombros mojados. Una vez un llora-hombros me dijo que se iba a suicidar. Le dije que me parecía estupendo, con toda sinceridad, vaya plasta. Le dije que antes me diera su ordenador, su cámara y su tdt. Le hizo gracia, me invitó a una cerveza y me quedé sin su ordenador, su cámara y su tdt. Sigue vivo, me temo. En cambio mató mis ilusiones. Por eso creo que debo estar muerto. Esperad a que repase. Sí, es cierto, recuerdo que en 24.11 un coche estuvo a punto de atropellarme, pero no recuerdo que lo hiciera, no debe ser eso, no.

El 13.12 siguiente intenté suicidarme, pero no lo conseguí me parece, ¿o tal vez sí? Algunas veces he pensando que el Infierno debe ser estar repitiendo siempre los mismos errores. Puede ser, por qué no, una fisura cuántica y que las dimensiones se estén replegando. En cualquier caso, he de decir que éste es el yo más aburrido. Llevo atrapado en este bucle de errores y personas idénticas mucho tiempo. Soy un insecto atrapado en ámbar, soy el fantasma de una sombra. Sí, debo de estar muerto y todos vosotros no existís. Kho khaqïm megalom saraih. Voy a demostrar que todas estas coincidencias demuestran que estoy muerto. Después de todo, el amor es una herida que, o te desangra de golpe, o te mata tan lentamente que ni te das cuenta. Eficacia probada. El amor es como una bala, te atraviesa, te quema, ¿verdad Sémele? puto Zeus... Pobre. Es como la bala de la pistola que ahora apunta a mi cabeza, ¿es que no va a responder nadie al otro lado? en fin, adiós coincidencias...

-¿Oiga? ¿hay alguien? putos colgados..."

S. Argensola, Estas fueron las últimas palabras de mi otro yo.

 

domingo, 18 de noviembre de 2007

Nothing important happened today

La vida está llena de pequeñas cosas, de equlibrio puntuado, de gente que va y que viene.

Marta está mirando desde dentro de las sábanas. Tiene el pelo moreno, cortado como esas actrices de entre el final de la II Guerra Mundial y antes de la Nouvelle Vague. Es tremendamente delgada y sus pechos son apenas dos botones en un cuerpo escuálido. -¿Sabes? -recuerdo que me dijo- realmente nunca he tenido claro si me gustaban los hombres o las mujeres. Es algo extraño porque ambas relaciones me dan placer, aunque reconozco, pero no se lo digas a nadie, que me gustan más las penetraciones que las... tú sabes, lo que suele hacerse entre dos chicas. -No, la verdad, no lo sé. -Le respondí- porque por mucho que pueda imaginar o ver por ahí no lo  he visto en vivo. -Si quieres, -continuó- pagamos una puta y lo ves en persona. [Pues va a ser que no].

 

Carlos es profundamente sonámbulo. Realmente su vida "normal" no es que sea muy normal, o al menos no lo que nosotros entenderíamos por normal. Muchas de las cosas que le pasan son realmente preocupantes. Sin embargo, ha conseguido mucho más que la mayoría de personas que han nacido y se han críado en mi barrio partiendo de posiciones increíblemente nefastas. Es para estar orgulloso de él. Pero es sonámbulo. Un día de verano, mejor dicho, una noche de verano, llegó a salir de casa, coger el autobús y plantarse en Capitanía General del Ejército de Tierra a 17 kms de su casa. Menos mal que una ventolera de aire fresco le devolvió a la realidad. Aunque claro, despertarse delante de un par de cañones debe parecerse más al sueño de Neo que al de cualquier de nosotros.

 

Josemari tiene el cabello dispuesto como algunos de esos intelectuales del XIX, a lo Lord Byron o Bécquer. -De todas maneras, quizás, lo que más controla las mentes son los medios de comunicación. Todos acabamos siendo manipulados- dice a toda la clase. Luego suelta un chiste y tan tranquilos. Se mueve con soltura en el aula, hablando de usted pero con cercanía a la gente. -Yo tengo muchos alumnos, cien aquí y casi doscientos en el instituto. Trescientos, trescientas personas, cabezas pensantes que son energía pura y dura. Hace años comencé una experiencia que consistía en que un alumno le mandaba una carta al opositor y el opositor le respondía; y el alumno se comprometía a pensar y a darle, a mandarle energía positiva, así, pun, pun, pun, el día del examen-agacha la cabeza, sonríe.-Así que si quieren yo les hago de cartero real.-Luego reparte las cartas. Hay alumnos que tocan el piano, juegan al rugby, al fútbol, y les gusta expresarse con una soltura envidiable. Realmente hay algunos que llegan a decir que "un alumno es un folio en blanco en el que se puede dejar huella". Josemari vuelve a agitar la mano pidiendo silencio ante el alboroto general. Hay un aire acondicionado encima suya, una pizarra a su espalda, un montón de ventanas con unas cortinas de tela propias del Ikea que desentonan en n espacio tan áspero.

 

-He conocido algunas personas como tú-me dijo un día Marta mientras se acababa un helado de algo indeterminado en un sitio cochambroso de Madrid. Hay serrín en el suelo, algunas cucharillas de plástico supuestamente usadas y papelillos manifiestamente usados.-No entiendo qué quieres decir,-le respondí mirando para otro lado aunque lo sospechaba.-Lo que quiero decir es que os agotais pronto. Os gusta vivir deprisa y quemáis muchas cosas con demasiada intensidad- insiste. Fuera hace calor, es un puñetero 31 de julio, en Madrid. España cayó eliminada como siempre del mundial, esta vez ante Corea y aún tengo mierda en las uñas de la excavación. No me jodas con esto. -Sin embargo, tú eres algo diferente, ¿te acuerdas del Chapi? -me mira con los ojos abiertos bajo su peinado recto y corto.-Sí claro, como no-le respondo. Como no, sólo hace dos días que salimos de allí. -Pues él ya se nota que está quemado a pesar de que sólo tiene 27 años. Tú tienes ese camino, pero pareces diferente. -¿Por qué soy o parezco diferente?-un ecuatoriano que huele a sudor que te rilas pasa detrás mía barriendo. Las paredes son de tono rojizo y suena de fondo Shakira. -Tú tienes mejor cabeza. Verás, os pasa mucho a los que sois especialmente inteligentes... -Yo no soy inteligente -la interrumpo. -Ya claro, y yo soy Marlene Dietrich. Os pasa, -bebe agua, muy fría- porque veis las cosas desde otro punto de vista. Pero tú tienes mucha energía, autoestima, y parece que te conoces el camino pero lo andas con ganas y confianza. No imitas a nadie. No te destruyas... hazme un favor... -me dice mientras me coge la barbilla y me besa-...no te quemes. [Trop tard]

 

Lucía enciende un cigarro que se quema. Como ella. Como los dos. Hay más humo en la cafetería ambientanda en aquellos años en los que podías fumar en cualquier parte. Fuera la gente pasea en abrigo porque parece invierno. En la cafetería hay más gente que hace ruido.-Al final siempre ganan los cabrones -me dice con un deje de enfado.-Claro, -le digo- el mundo sólo está hecho para ellos porque ellos lo han hecho. -Pero yo, es que yo lo flipo, me he pasado luchando, estudiando, llevándolo todo por delante, con mi familia, con las cosas que me pasan, y ahora llega esa y lo consigue. Es para estar bien harta,-concluye mientras el resto del planeta pasa de sus palabras. El monitor de plasma del fondo pone a Paulina Rubio que canta y al camarero se le cae mi café sin haber salido de la barra. Gilipollas. Lucía se parece a la otra Lucía, salvo en que la una no conoce a la otra. Por desgracia. -Es injusto que nosotros, que tenemos años de formación acabemos trabajando de estas cosas, ¿sabes?, le ponía un petardo a mi jefe a ver si así alguien, joder, algún imbécil se entera de que valemos más que los borrokas estos que sólo saben poner aires acondicionados. [Es cierto].

 

-Tío, al final todas las tías son igual de putas; te dicen tal y cual, te mangonean, te sacan lo que pueden, ya me entiendes, y al final estás como un puto perro detrás de ellas para que te manden a la mierda.-Hace sol, hay cerveza de por medio y Carlos se suelta un poco. Normal, lo han puteado a base de bien. No hay mucha gente, el suelo tiene el habitual serrín de los bares sevillanos y no hay humo en el ambiente.-Al final hagas lo que hagas, al final todas putas. -Casi todas,-puntualizo- pero la culpa es tuya... nuestra, por no sabe elegir. -¡Nah!, yo lo ñunico que quiero... no quiero ver una tía en... ¡nah!, para lo que único que están es para lo que están. -¿Para parir y planchar? -echo leña al fuego- y para tener la cueva decente claro. Si es así, ¿por qué no te casas con tu madre? -Porque ella no se habría venido conmigo a una ciudad tan cara, a un hotel tan caro y habría esperado a que nos bajáramos del avión para darme matarile.

 

-Todos estáis cortado por el mismo patrón, es que... joder, todos, todos los tíos sois iguales -[sería difícil atribuir esta frase a una sola mujer, la he escuchado en boca y persona de al menos cinco o seis en el último año]- nada más servís para joder y punto. De hecho -apura su cerveza, casi sin gas, en un fast-food de mala muerte donde no hay nadie más- en el fondo ni nos hacéis falta. -Claro, ahora podéis buscaros al niño in vitro ¿no? Pero, -trato de argumentar mientras trago la mierda de comida mermada por los pedazos que han caído sobre la mesa color mostaza- si no hubiera hombres, ¿de dónde sacas el esperma? -Somos mujeres, -responde- seguro que somos tan inteligentes como para fabricarlo.-Sonrío, sin ganas, no me hace gracia. -Siempre hacéis lo mismo. Estás ahí, dándolo todo, implicándote, cumpliendo y de la noche a la mañana, ¡zas! llegáis un día y "no, no, es que véras, no puedo darte eso", si ni siquiera sabéis lo que queremos.

 

-Me gustaría haber sido Marlene Dietrich- me dice Marta. Atardece, casi es de noche. -Sí, ella es uno de mis iconos. Podría ser como ella, ¿y tú? -me lo dice, me lo pienso. -No sé... tal vez... déjalo. -No, no, dime. -Tal vez... David Duchovny -y Marta se ríe aparatosamente- ¿qué? ¿qué pasa? -¿David Duchovny? ¿el agente Mulder? -me dice entre risas- ¡parece un paleto gilipollas!- se levanta de la cama y va al servicio a buscar su ropa interior perdida por alguna parte. Pongo el televisor para ver las noticias o algo que distraiga. Un señor de chaqueta habla en un atril, intercalan imágenes de gente llorando y hay un montón de escombros detrás. No me entero bien. No sé qué dicen de dos torres. Parece Manhattan. Debe ser bonito Nueva York. Marta grita desde el servicio -¿Ha pasado algo? -No, -le digo cambiando de canal -nada importante sucedió hoy.

viernes, 26 de octubre de 2007

La vuelta al desierto

Todos te dicen: "ama". Todos te hablan de lo maravilloso que es el amor, y todos te dicen "joder tío, que cosa más maravillosa". Y una mierda. Dices lo que sientes, amas con toda la fuerza de tu corazón, te expresas como si fueras un dios que se convierte en hombre sólo por tocar a otra diosa y qué, todo para qué. Cuatro líneas, un gesto de despedida y adiós muy buenas. Ama, los cojones. Al final siempre es lo mismo. Podía haber hecho más, es cierto. También podía haber hecho menos. Uno no elige cuando ni de quien enamorarse, pero ya puestos podía tener mejor ojo. No acierto ni con el complementario. Todo al final es polvo y aire, sombras y cenizas. Ama, eso, ama, y querrás estar muerto.

Aire que me peinas,
¿por qué siempre voy tan despeinado?
Y me consuelas,
y me susurras que estás a mi lado.
Tierra que desentierras
la pipa de la paz embriagando
mi loca cabeza
de risas y de brisas.
Cuando tú no estás
mi reloj de arena se para y se muere
¿por qué hierve y se congela?
¿por qué se vacía y se llena?
Porque esta tarde todo
me arde con el fuego
que me quema
el alma, si te estoy mirando
échale leña a la hoguera
porque las brasas
me lo están suplicando.
Agua que me llena
el vaso de mi corazón,
que si sube la marea
yo me pongo mu cabezón.
Porque si te vas
mi cama se vuelve
un agujero negro,
se me clavan los puñales,
se me acaban los finales.
Porque por más que lo intento,
ya no me acuerdo,
si me preguntas de donde vengo,
yo no lo sé,
últimamente vivo en el infierno,
y en un piso de alquiler.
Lo que me pasa es que
yo estoy cambiando
y creo que no es para bien,
pero te digo yo,
que pase lo que pase,
yo te siento siempre,
siempre, siempre...
Si me preguntas de donde vengo,
yo no lo sé,
últimamente vivo en el infierno,
y en un piso de alquiler.
Lo que me pasa es que
yo estoy cambiando
y creo que no es para bien,
pero te digo yo,
que pase lo que pase,
yo te siento siempre,
siempre, siempre...
Naturalmente,
Porque si te vas
mi cama se vuelve
un agujero negro,
se me clavan los puñales,
se me acaban los finales.
Porque por más que lo intento,
ya no me acuerdo,
si me preguntas de donde vengo,
yo no lo sé,
últimamente vivo en el infierno,
y en un piso de alquiler.
Lo que me pasa es que
yo estoy cambiando
y creo que no es para bien,
pero te digo yo,
que pase lo que pase,
yo te siento siempre,
siempre, siempre...
siempre, siempre, siempre,
siempre, siempre, siempre,
¡Cerca!

quisiera al menos un minuto en que no te eche de menos, quisiera otra cabeza, quisiera estar alegre y por ti querría hasta la tristeza.

Se acabó. Volvemos al desierto. Mi tiempo se agota. Siempre supe que me costaría pasar de las tres décadas de edad. Tempus fugit.

martes, 25 de septiembre de 2007

Calling to the night. Tusche.

¿Os gusta lo que estais viendo? ¿os gusta esa mierda de televisión que os cuenta lo que os gusta saber, a ese papanatas de chaqueta que os cuenta tal o cual cosa? ¿os creeis todas esas gilipolleces de guerras a las que las oenegés deben ayudar mientras unos cuantos en Halliburton, la Casa Blanca, el Eliseo, las oficinas de Shell o Nokia se frotan las manos? ¿os creeis que existen cosas más allá que os adormecen con cuentos de platillos volantes y de fantasmas? ¿te gusta estar enchufado a esa radio, a esa basura de prensa, tabloides baratos llamados pomposamente Herald Tribune, El País, La Razón o Le Monde? realmente te sientes bien, ¿no es cierto? no lo niegues. Te encanta estar enchufado a la red creyéndote toda esta mierda que te dicen, anestesiándote, dejando que otros griten por ti, te encanta estar amordazado, riendo con banalidades, dejando que te digan cómo tiene que ser tu vida. Nace, crece, reprodúcete, paga tu hipoteca y muere, te lo dicen desde que apenas sabes hablar hasta los anuncios de yogures, los dibujos animados. Te dicen que no hagas otra cosa, te enseñan un mundo bonito donde lo único que tienes que hacer es producir y seguir las normas. Cumplir las reglas. Tu coche, tu piso, tu familia, deja que tus hijos y tu jugueis a los mismos videojuegos donde tus ansias serán calmadas. Machácatela con tanto porno fácil y barato, drógate con el alcohol que te ponen en bandeja, cerveza, vodka, ginebra y por qué no un poco de marihuana que sin rubor ensalzan hasta el paroxismo. Desconéctate un segundo. Piensa, pero por ti mismo. Piensa, ¿te gusta?

No. Corta ya esa mierda. Levántate. Cuando leas esto cierra el libro, apaga el televisor, olvida esa canción machacona que te han metido en la cabeza, quema todos los periódicos que tengas, cierra tu conexión a internet. Es hora de comenzar de una vez la Revolución. Debemos enseñarles a todos esos proxenetas de la Verdad, a los prevaricadores de la vergüenza, a todos los que nos dirigen y nos pretenden decir cómo debe ser nuestra estructura social y económica, a todos ellos debemos decirle que es hora ya de que empiecen a pasar miedo. Ellos están gordos, les pesan los bolsillos con nuestras monedas, con sus móviles de última generación, no podrán correr tanto como nosotros. Desde aquí hermanos del Clan de las Tormentas os llamo a la Revolución, una rebelión que no será de terciopelo sino que tendrá el color de tu sangre, de la mía, de la de todos. Esta vez no habrá un sólo hombre que muera por todos sino que será la sangre de todos la que nos traiga un nuevo Hijo del Hombre. Para que un día nuestros nietos, tal vez nuestros biznietos, puedan decir que su mundo fue logrado gracias a personas que lucharon por ser personas.

¿Tienes a veces la sensación de que has vivido cosas que no te han pasado? ¿Y también que eres incapaz de experimentar, no sé, de sentir, de recordar, cosas que supuestamente has sentido, que están ahí en las fotos, en las palabras escritas un día de invierno, o de primavera, que más da, cosas que quedaron de algún modo registradas? Te dices no, ese no soy yo, o por lo menos no recuerdas haberlo sido, tal vez en otra vida, no en esta. No sabes por qué haces lo que haces, estrechas tu círculo interior, tanto, tanto que acaba por presionarte fuerte, dentro de ti mismo, y empiezas a echar gente de tu alrededor. Te quedas con unos cuantos, que te dan sal para mis heridas y azúcar para tus labios, sólo eso, nada más. Es entonces cuando la gente empieza a salir de aquí, de un lado a otro, mirando escaparates, tomandose una cerveza con el vecino, la vida pasa, todo es lujo, calma y voluptuosidad. Es tan fácil todo, llenos como estamos de banalidades. Te sientes, te sientas, te sientan en cualquier banco, o banquillo de acusados. Los demás lo hacen tan bien, sólo déjate llevar como un vals de Shostakovich. Sonríe, sonríe, estamos en el aire. Actuando, y tú a qué te dedicas, yo a mirar, como tú.

Nos han dicho que el mundo tiene que ser así. Lo han hecho unas cuantas personas que se atreven a meterte en la cabeza todas esas cosas que te gustan y que te asustan. Les compras, les vendes, les obedeces. No puedes comprar más ropa que la de Inditex, Induico o el mercadillo de tu barrio abastecido por grandes cash que se surten de mano de obra barata mientras tú crees que eres alternativo y diferente. Da igual, la opción se convierte en realidad en falta de tolerancia. Te dan ters o cuatro opciones y tú eliges entre ellas. No hay opción propia. Te han quitado el discernimento a través de todas esas cosas que puedes comprar. Lo que posees acabará poseyéndote. Pero ellos son personas. Tú también, no lo olvides. Si ellos han diseñado el mundo tú también puedes. Destrúyelos, margínalos y demuéstrales quien pone sus aires acondicionados, quién conduce los autobuses que sus hijos destrozan mientras van al colegio, quién le sirve la sopa en el restaurante. Todos esos hombres y mujeres vestidos como señores tan felices y contentos con sus vidas de diseño. Han puesto las normas que ellos necesitan. Y a ti, ¿te gustan? ¿son tus normas? ¿te gusta depender?

Ya está bien de gilipolleces. No sigas leyendo si eres un cobarde, si te gusta que todas esas furcias te humillen cada día o si no eres lo suficientemente valiente como para plantarle cara a ese imbécil que no te deja ser de verdad una mujer, o un hombre, o lo que quieras ser. Si te gusta tu contrato, el partido que te gobierna o los que quieren hacerlo, si te gusta tu plaza de catedrático, de profesor de autoescuela, de soldador, de servidor de todos los demás, si te gusta tu beca, tus trozos de madera paseándose por la calle, esos deportistas a los que sigues con fanatismo sagrado, si te gusta creer que puedes comerte las manzanas aunque no tengas ganas, si te gusta la comodidad de tu cama, la comida caliente, si crees que entrarás algún día arriba. Entonces no sigas. Quédate ahí. Éste es un  mensaje para cada mujer, hombre y niño de este planeta que saben que pueden pasar al otro lado. Es un mensaje que os llama, hermanos, a luchar por vosotros. Desde aquí os llamo a la noche, que sobrevenga, que se haga la oscuridad sobre todos los que son dueños de la luz. Venid pues a esta noche si quereis conocer algún día la Verdad.

lunes, 24 de septiembre de 2007

Evolución-Revolución

Y es que, sinceramente, ¿sirve para algo la historia?.
No responderé directamente a esa cuestión, pues se podría pensar con razón que estoy intentando llevar el agua al molino de mis intereses profesionales. Me limitaré a exponer una serie de hechos de los que han encontrado eco en la prensa diaria en los últimos tiempos. Por ejemplo, dos páginas más adelante del lugar en que escribe su artículo R. Reig se recogen unas manifestaciones de Martín Villa referentes a la política de pactos de gobierno nacional vigente, en la que expresa que lo que realmente le preocupa es "qué Historia de España se enseñará en Cataluña y en el País Vasco, si es que de verdad se va a enseñar alguna Historia de España". Sobra señalar que Martín Villa es un político perteneciente a esa derecha de la que se tiende a pensar que lo único que le interesa es el color del dinero, no el de las banderas. Pero, ¿en qué ha basado Felipe González, según la prensa, su discurso electoral sino en las referencias de la historia? Si no sirve, ¿por qué la usa?.
Salgamos del ambiente estrictamente nacional. ¿Por qué una de las primeras medidas tomadas para la formación de la nueva Europa nacional es la de ajustar los contenidos de los libros de Historia? Me viene a la memoria el encuentro que a tal fin tuvieron, recién estrenado nuestro nuevo marco de referencia comunitario, los ministros de Educación luso y español en la fronteriza ciudad de Vilanova dos Mouros. Y más patético aún es el caso de la muy progresista Suecia, que el verano del pasado 1992 decidió oficialmente reescribir su historia para mostrar, sacando documentos hasta ahora secretos, que en realidad nunca había sido neutral, pues había que acercarse a la nueva Europa. O sea, algo similar a lo que han tenido que hacer mejicanos y estadounidenses cuando sus dos países han decidido acercarse formando una comunidad económica junto con Canadá.
Lo expuesto hasta aquí, con todo, se encuentra en el marco de lo que solemos llamar "Occidente". Pero, ¿no es cierto que en China hubo que reescribir la historia para dar paso a la revolución maoísta? Tan cierto como que luego se quiso prácticamente prescindir de ella en los felices 60 para dar paso a una revolución cultural proletaria, en la misma línea en que se abolieron los exámenes de entrada en la Universidad. Pero China era un país con mucha historia (esa que apenas se estudia en nuestro país, pese a afectar a 1.135 millones de personas directamente) y en 1973 se vio la necesidad de dar marcha atrás en ambos aspectos. Es más, la China comunista se hizo tan nacionalista (antirrusa) que reconoció de forma inmediata al régimen chileno del general Pinochet. Tras dar por definitivamente cancelada la revolución cultural en 1977, en el Congreso del Partido Comunista chino celebrado en 1982 se acordó revisar la historia del país desde 1949, criticando sin paliativo la revolución cultural. Recordemos que la apertura al exterior no se hizo sin que surgieran resquemores con Japón por el contenido de los libros de Historia. Y ya pudimos ver en nuestra Expo'92 como presumían de Historia en aquel pabellón al que se trajeron, entre otras cosas, varias esculturas de las encontradas en esa joya arqueológica que es la tumba del emperador She-Huang Ti, del siglo III a.C. ¿Por qué ese afán por algo que "no sirve para nada", en expresión de nuestra sabia progresía de frustrados guardianes de la revolución cultural?.
Terminaré proponiendo al lector una constatación de los hechos mucho más sencilla: Cuente las veces que en cualquier periódico, sea del tipo que sea, aparece diariamente la palabra "historia" o el adjetivo "histórico". Si lo hace sabrá ya si sirve o no para algo la historia, y por tanto si vale la pena o no dedicar nuestro tiempo y nuestro dinero a su conocimiento para evitar, en lo posible, ser víctimas de las manipulaciones que caben hacer con ella, como con cualquier otra ciencia que se monte sobre el estudio de fenómenos concretos".
Cualquiera puede seguir poniendo ejemplos hoy en día, y no necesariamente de tiempos pasados. Cuando hace unos días le preguntaba a un compañero, que me indicaba que nuestra Facultades de Historia debían formar profesionales, cuál era la que él entendía que era la profesión de historiador, le intentaba hacer ver que un historiador no tiene por qué ser una persona que da clase (también lo ingenieros la dan) sino sólo un intelectual que se pregunta el porqué de los hechos, con lo cual entiendo que no caben nuestras Facultades en la nueva planificación de la enseñanza universitaria que desea imponer (otra cosa es que de verdad se lo tome en serio) la clase política rectora de la Unión Europea, al servicio del mercado exclusivamente. Una más, en el fondo, de las contradicciones de una sociedad confundida con el mercado que necesita a los intectuales pero no sabe qué hacer con ellos.

martes, 18 de septiembre de 2007

Sangre caliente

El mundo tal y como lo conocemos no nos reconoce. Se trata de una ilusión fundamentalista basada en la creencia de que sólo un tipo de comportamiento es posible. Hemos acabado retrasando lo inevitable, cambiando lo justo para que todo siga igual. Pero eso se tiene que acabar. Nuestra sociedad vive inmersa en un proceso de contagio masivo de desinformación. Crees lo que ellos quieren que creas. Sigues los deportes que ellos te dicen (¿hace 5 años te interesaba de verdad la Fórmula 1?), comes donde ellos te dicen que es bueno para tu cuerpo. Consumes 3000 calorías diarias en productos que crees sanos y que mentalmente te reconfortan mientras te bombardean con el CO2 de los coches, de las motos, de los mismos autobuses donde te montas para que no contamines mientras ellos van con su chófer en un pedazo de Hummer que consume diez veces lo que ese mismo autobús.

Nuestro mundo, nuestra civilización, se ha montado en torno a aquellos que creen que el ideal es una ultra-monogamia que atenaza nuestro cerebro y nuestro cuerpo. Quienes están fuera de la felicidad entendida como mujer/hombre-casa-hijos-éxito profesional no tienen espacio. Nos han dicho que irse de putas está muy feo pero durante miles de años, desde Mesopotamia al Mont-martre en París las han dejado trabajar porque saben que las necesitan. Esos hombres bien pensantes con sus chaquetas y sus cuellos con papada, su color rojo en la cara al reir nos han dicho que sólo una mujer y el resto de pago e incluso éstas tambien son reprobables.

No he estado nunca con ninguna prostituta. No me apetece por la misma razón que no me apetece pegarme un tiro ni saltar haciendo puenting. Simplemente porque no me da la gana. Es mi elección. Pero ellos no quieren que elijas. Quieren que te cases, que tengas niños y les digas a tus hijos que eso es lo que hay que hacer. Si tienen un comportamiento diferente en la serotonina cerebral, que les den por agujero de ozono. Tienes que ser según los parámetros de lo correcto. Quienes estamos al margen, quienes tenemos un espacio vital diferente estamos condenados a no entenderlos. Nos humillan, nos vilipendian y a veces hasta nos miran con conmiseración como si fuéramos animales heridos. Nos temen. Saben que nosotros podemos elegir. Saben que nosotros podemos discernir incluso en la más terrible sombra. Somos el enemigo y el amigo que preferirían no haber conocido. Es nuestra hora. Es nuestra revolución. Llevemos las tormentas a todos los mares en calma. Agitemos las conciencias. Reclamemos nuestro lugar. Aquí, y ahora, Clan de las Tormentas.

lunes, 17 de septiembre de 2007

¿Quién teme al Lobo Feroz?

Esta es mi primera entrada en un blog libre. Es decir, aquí donde puedo escribir porque nadie me conoce. Soy parte de la mierda cantante y danzante del mundo, como dice Brad Pitt en el Club de la Lucha. Es parte, tal vez, de una Revolución. Tal vez, no obstante, no sea más que una auténtica Involución, hacia dentro, mostrando una entropía imposible. Volviendo hacia los orígenes, hacia el círculo interior donde hace frío pero no tanto como fuera.

Envidio, por ello, a los que saben lo que es amar con dos pares. En plan que me muero por estar todo el puñetero día pegado a tu vera. A veces odio mi condición, como una tragedia revestida de vómitos y contada por Faemino y Cansado. Es la expresión de una danza mortuoria sobre el cadáver de una prostituta. Envidio, de verdad que sí, a los que son como el médico de La Fuente de la Vida, cuya única finalidad en la vida y en los siglos de los siglos no es más que velar por la salud de su amada, tratando de crear lazos que sólo el corazón entiende. Odio eternamente ser un vagabundo emocional que sólo espera un amor lleno de muerte en lugar de vida. Morirme contigo si me quieres, matarme contigo si me matas.

Me gustaría poder disfrutar de cada catorce de febrero, cantar cumpleaños feliz, ver a unos niños correteando por mi casa sabiendo que son sangre de mi sangre, carne de mi carne. Ser feliz con lo más simple, con una sonrisa. Envidio de verdad a los que han sido capaces de tener un cerebro en condiciones, con unos niveles aptos de serotonina y que tras fornicar como conejos ven como su testosterona baja sin peligro para su integridad emocional. Envidio a todos aquellos que pertenecen al sector masculino cuyo gen 21 no tiene una pequeñísima extensión de más que les impide ser fieles.

Nunca quise ser un Lobo. Me he vestido infinitud de veces de cordero, pero todos los trajes me estaban pequeños. Tampoco tengo madera de cazador, siempre acabo como una mierda de hiena sonriendo y esperando las sobras. Por eso, mi primera y tal vez más deprimente (espero) entrada va dedicada a manifestar mi respeto por todas aquellas personas que se levantan por la mañana, no, por todas las mañanas de su miserable existencia y son capaces de decir, "quiero a esta persona". Y lo hacen cada día durante al menos muchos años. Sin grandes titubeos. A todos ellos, enhorabuena. Y que les jodan.

Pásalo

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