El Clan de las Tormentas: El largo adiós

viernes, 28 de septiembre de 2012

El largo adiós

Sólo voy recogiendo del suelo las migas que van quedando,

 apenas pudiendo comer, vomitando de miedo y silencio

al sabernos tan sólo extraños en un futuro no muy lejano

(preguntándome si realmente te amé

o amé el vago espejismo de haber ido olvidando

que no queda nada de la gente que va y viene)

¿no ves ya cómo nos vamos diciendo lentamente adiós?

agitando las manos tan fuertemente que nos golpean

en la cara, en todas las pesadillas que soñé

en las que huías de mis abrazos, y ahora son para ti

prisiones, cárceles, condenas a este desastre anunciado

porque al mirarnos no vemos ya más que un espejo roto

golpeado al lanzarnos al abismo despreciado

del tiempo]

(al final nos pudo el tiempo, sí, nos venció

nos llevó a cada uno de nuestro lado)

espejos que atravesamos y ahora llenamos de sangre

y en cada fragmento una imagen de nosotros

devorados. Es tanta la distancia entre nuestros ojos

que ciegos caminamos,

y es tanto el dolor que nos provocamos,

que preferimos huirnos, dejarnos despojados;

aliento de besos congelados, reducidos a huesos y cenizas

quemados por un sol que nos dejó,

nos abandonó, despiadado,

y mientras ya vamos recogiendo lo que nos queda

sólo la herida no cicatriza. Tantas noches como ésta quise rendirme

y que tú vencieras a mis labios,

y en tu despedida sólo encuentro el desprecio,

de todo lo que de mí has olvidado.

1 comentario:

Rocido Dido dijo...

Tristemente precioso...

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