El Clan de las Tormentas: Aquellos días de París

sábado, 29 de diciembre de 2007

Aquellos días de París

Y estos días que se acaban. Aquellas calles perdidas por Saint-Germain, entrecruzando Saint-Michel con una noche blanca en la que te tuve tan cerca de mí que tu aliento me destrozaba como la primavera mata al invierno en el que me había convertido. Frío del que nunca he salido, calor que nunca he recibido. Aquellos márgenes del Sena, aquellas tardes oscuras y aquellas luces tan brillantes. Aquellos tus ojos que eran como un océano en el cual mi cuerpo metálico se sumergía y que poco a poco, lentamente, me iban oxidando, mi voz herrumbrosa, anclado a este suelo lejano, tan lejano como un adiós que llega sin oírlo, tan adiós que ni me conozco al decirlo. Aquellos espacios diáfanos entre tú y yo, aquella soledad bien merecida. No queda ya de nosotros, de los de antes, de los que estábamos de noche dormidos y de día tan despiertos. De estos días perdidos, como un desgarro en el tiempo. A pesar de estar corrompido con mis manos pesadas, oxidados los ojos, llorando herrumbre, desolado como el borde un abismo que no conoce el fondo del que forma parte. Se apagan las luces, todos nos vamos yendo, cada cual a su sitio, a su espacio sin retorno. No te volvería a ver en mi futuro ni recuerdo un pasado tan terrible. Se han marchado tus manos, no queda ni el compás de tus pasos. Aquellos días son ya pasado y yo todos mis futuros. Todo un año resumido en una vida que se apaga en un sólo segundo. Clac, clac, se apagó. Llegó la oscuridad. No temo ya a la noche, temo que no vuelva a amanecer. Temo que aquellos días de París no son ya más que un recuerdo, un montón de fotos olvidadas en alguna carpeta, algún cajón, tal vez borradas por error. ¿Quién es? ¿cómo se llamaba? vaga es la memoria, nada se desea más que lo no conseguido. Otros días. Siempre otros. Siempre son otros, y nunca yo. Aquellos días de París, y aquél sol de mi infancia...

No hay comentarios:

Pásalo

Mandame a Facebook